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Historia

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Historia

Plumilla CartajimaDentro del continente europeo y situándonos al sur nos encontramos con la Península Ibérica que tras siendo atravesada completamente nos lleva a Andalucía. Pues ahí mismamente, en laprovincia de Málaga, en el valle del Genal, en plena Serranía de Ronda, a 846 metros de altura sobre el nivel del mar se encuentra enclavada entre Valles y Montes kársticos nuestraVilla de Cartajima, conocida en otros tiempos como “ALJARIA-T- AL- JAIMA”, “XARITALXIME” O “CADIZ EL CHICO”.

Entre los montes más destacados se encuentra la Sierra del Oreganal, su monte Almola y el complejo calcáreo “los Riscos de Cartajima”, rocas que son nuestro orgullo, tal vez, por la infinidad de extrañas y caprichosas formas que en ellas se observan.

Cartajima cuenta con un casco urbano pequeño y un poco aglutinado, con calles estrechas y sinuosas, con sus pasadizos y sus callejones ciegos, con casas poco elevadas y esplendorosas, de fachadas blancas y construidas con piedra, madera y barro, y la carencia de espacios abiertos que nos ha permitido conservar su trazado y su procedencia árabe. Junto a esta procedencia se ve la posterior influencia castellana con la gran cantidad de fachadas de estilo dieciochesco que hay entorno a la iglesia.

Esta última, la Iglesia, afianza nuestro orgullo, es el edificio más valioso y único dentro del núcleo urbano; edificio que fue construido en el siglo XVI y el cual sufrió varias reparaciones en el S. XVII, aunque las más importantes se han producido actualmente en 1940 y 2009.En su interior destaca su artesonado de madera, su estructura y por supuesto sus imágenes talladas en madera policromada.

Orgullo para los cartajimeños también son sus tradiciones como son: la Navidad, la fiesta del Mosto, la Romería del Niño Jesús, la Semana Santa o Nuestras Fiestas Patronales en Honor a La Virgen del Rosario, fiesta que destaca por su vivencia en las calles, y por que todas ellas han evolucionado y cambiado, como lo ha hecho nuestro pueblo, que poco a poco se moderniza y se regenera. Constancia de su regeneración queda en sus edificios, Ayuntamiento y Centro Social de Adultos, sus calles (ancha, iglesia, ronda, nueva, molino serrillo, alta…), su cementerio, su piscina, sus plazas y sus jardines como la Era; constancia de su modernidad queda reflejado las nuevas instalaciones como el gimnasio, punto joven , centro guadalinfo o el Salón de usos múltiples Bajos plaza Virgen del Rosario.

Pero de lo que más orgulloso se siente un cartajimeño es de SU GENTE, esa gente que nos han transmitido de generación en generación nuestra forma de ser, nuestra forma de sentir, nuestra forma de vivir.

No se tienen noticias de su pasado histórico en cuanto a núcleo urbano, hasta que Fernando VII, en 1814, le concedió el título de Villa.

Su economía fue en decaimiento desde que la filoxera dañó sus viñedos a finales del siglo pasado. Hasta que comenzó su declive, se la llamaba Cádiz el Chico, debido a que tenía un importante número de habitantes, el doble del actual, dedicados al cultivo de los campos y a la preparación del hierro, extraído de las minas que hay en los alrededores, en una fábrica que allí existía. Este hierro servía para la producción de cañones, balas y demás materiales bélicos, que posteriormente eran enviados a la fábrica que existía en Jimena.

Lo que constituye su mayor orgullo es el Risco, sierra calcárea integrada en la Serranía de Ronda, constituyendo un torcal de parecidas características al de Antequera, y adoptando las piedras infinidad de extrañas y caprichosas formas.